Maximiliano y Carlota, Emperadores de México, suelen recordarse como unos de los grandes villanos de la historia de México, sin embargo, fueron simples peones en un juego político que desconocían y cuando uno no tiene control en el juego, lo más probable es que se pierda sin consideraciones.
La prima hermana de la Reina Victoria
Es probable, que a pesar de verse como villanos, extranjeros y una amenaza para la soberanía del país, Carlota sobre todo sea también vista con lástima y un poco de empatía, sobre todo por la tragedia en la que se convirtió su vida desde el momento en que pisó México y por la supuesta locura en la que se vio inmersa el resto de su larga vida.
Carlota nació en Bélgica en 1840 en una de las familias reales más influyentes del mundo. Hija del Rey Leopoldo I y su segunda esposa Luisa de Orleans. Carlota era prima hermana de la Reina Victoria de Inglaterra y de su esposo, el Príncipe Alberto; los padres de Alberto y Carlota como la madre de Victoria eran hermanos. Sin embargo, a diferencia de sus primos, Carlota lo tenía todo menos la posibilidad de reinar.
En 1857, a la edad de 17 años se casó con su primo, el Archiduque Maximiliano de Habsburgo de Austria; hermano menor del Emperador Francisco José I. Igual que Carlota, la probabilidad de Maximiliano para heredar el trono era prácticamente nula al ser el hijo menor del Archiduque Francisco Carlos de Austria. Entonces, ¿cómo es que esta pareja real Europea, sin probabilidades para gobernar, terminaron siendo Emperadores de México? Desliza por la galería para conocer esta trágica historia.