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Desde que se casaron en 2018, Meghan y Harry han sido una parte importante de las conversaciones públicas. Decidieron no ser miembros de la familia real que trabajen a tiempo completo, se mudaron a Estados Unidos y, de vez en cuando, han compartido entrevistas personales e incluso escribieron un libro.
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Según Dickie Arbiter, antiguo secretario de prensa de la reina Isabel II, todo cambió por una sencilla razón: el fallecimiento de Lady Diana.
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Recordemos: la princesa Diana falleció trágicamente en un accidente de coche en París en 1997, dejando atrás a sus dos hijos adolescentes, William y Harry. Este suceso tuvo un profundo impacto en Harry.
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Arbiter señaló: "Si la princesa Diana viviera hoy, nada de esto estaría ocurriendo. Ella era sensata, muy práctica, y él era muy inteligente. Voy a aventurarme a decir que Harry no se habría casado con Meghan porque no le habría afectado tanto la muerte de su madre. Habría tomado un camino muy diferente y seguiría trabajando para la Corona".
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Nunca podremos saber con certeza si este habría sido el caso. Sin embargo, es un hecho que hay varias similitudes sorprendentes entre la experiencia de Meghan y la época de Diana en la familia real británica. Ambas se enfrentaron a un intenso escrutinio mediático, tuvieron que lidiar con problemas de salud mental e hicieron comentarios sinceros sobre la familia real en reveladoras entrevistas.
El príncipe Harry y la duquesa Meghan son conocidos por dar mucho que hablar en la familia real. A menudo son noticia y a la gente le gusta compararlos con el resto de la realeza.
Una fuente confidencial sugiere que nada de esto habría ocurrido si Lady Diana no hubiera fallecido trágicamente en un accidente de coche en París.