La salud mental siempre ha sido una de las preocupaciones más importantes del príncipe Harry. Sin embargo, la familia real no está nada cómoda con la decisión del duque de Sussex de abordar su estado emocional en público. Según dijo un historiador real a la revista People, las recientes declaraciones de Harry sobre el tema no han sido bien recibidas por la realeza y, de hecho, algunos de sus miembros las han considerado un ataque directo.
El príncipe Harry “ataca a la realeza” al hablar sobre su salud mental
A pesar de la distancia, la familia real sigue mostrándose incómoda ante ciertas acciones que hace uno de sus miembros más destacados, el príncipe Harry, aunque estas solo sean hablar en público sobre su salud mental.
En el más reciente número de la revista People, el historiador real Robert Lacey señaló que las declaraciones del duque de Sussex sobre su crecimiento, los pensamientos suicidas de Meghan Markle y las terapias que realizó después de enfrentarse a ataques de pánico y ansiedad, han generado la molestia de la realeza e incluso han sido tildadas como un ataque.
“El mundo es un lugar mejor gracias a lo que ha hecho Harry. Pero este es otro golpe para la Corona británica y la familia real”, señaló el autor de títulos como Monarch: Life and Reign of Elizabeth II y Majesty.
Alaban que el príncipe Harry hable sobre su salud mental
A pesar de las críticas familiares, hay muchas voces que reconocen la labor del príncipe Harry al hablar sobre su salud mental.
Según una especialista consultada para el artículo Prince Harry Speaks: Loss, Pain & Finding Peace de People, su apertura pública ha ayudado a romper barreras y mitos que existen acerca del cuidado de las emociones y las afectaciones que causan ciertos eventos en las personas, así sean miembros de la realeza.
“Este es un hombre que, a la edad de 12 años, fue enviado a caminar detrás del ataúd de su madre y consolar a las masas fuera del Palacio de Kensington. Simplemente no entiendo por qué ahora estamos enojados por él porque eso pudo haberlo afectado”, dijo la periodista y activista de la salud mental Bryony Gordon.