El príncipe Carlos y su esposa, Camila Parker, tomaron sus cubrebocas y dejaron atrás las tardes en Clarence House para celebrar el final de las restricciones por confinamiento ante la pandemia de COVID-19 visitando un par de negocios y comercios no esenciales en el poblado de Clapham. Durante su visita, Carlos platicó con sus súbditos, visitó una barbería e incluso tomó una cerveza en un pub de la zona.
El príncipe Carlos se levanta el cubrebocas en Clapham
Después de más de un año, las tiendas y comercios no esenciales en Inglaterra volvieron a abrir sus puertas tras el levantamiento de las restricciones ante la pandemia de COVID-19 y recibieron la visita de un cliente muy importante: el príncipe Carlos (y su curioso cubrebocas azul).
Acompañado por Camila Parker, el príncipe de Gales caminó por las tradicionales calles del pueblo de Clapham, en Londres, y se detuvo para platicar y conocer algunos de los comercios que levantaron sus cortinas tras el final del confinamiento en la ciudad.
Durante su pequeño recorrido, Carlos entró a una barbería, una estación de bomberos y un pub local, curiosamente llamando “Prince of Wales”, donde incluso tomó una cerveza.
¡No más cubrebocas! El príncipe Carlos sale a las calles de Londres
Sonriente y sin las preocupaciones que muchos le habían cargado después de las polémicas declaraciones del príncipe Harry sobre su papel como padre, el heredero al trono se acercó a sus súbditos y los invitó a salir y apoyar a los negocios que habían sido afectados en este último año.
De hecho, según The Daily Mail, Carlos bromeó con visitar cada bar y pub llamado en su nombre en el país, siempre y cuando se le ofrezca un “trago gratis” en cada uno de esos lugares.
El príncipe Carlos, que se vacunó contra la COVID-19 en febrero de este año, cerró sus actividades públicas de este día visitando el restaurante Trinity del chef Adam Byatt, galardonado con una estrella Michelin.