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En cualquier clase de historia del cine hay algo claro: Ciudadano Kane marcó un antes y un después. Pero el magnate William Randolph Hearst, en el que se inspiró la película, hubiera estado algo molesto si Orson Welles se llevaba el Óscar. Bastante que logró colarse entre las candidatas… Al menos, ese año ganó otro clásico: Qué verde era mi valle de John Ford.
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La obra maestra de Alfred Hitchcock no solo no ganó, sino que ni siquiera estuvo nominada. Al igual que Chaplin, el maestro del terror jamás ganó como Mejor Director: lo nominaron cinco veces y finalmente limpiaron culpas dándole un Óscar honorífico. De su gran filmografía, solo Rebecca ganó Mejor Película. ¿Y Los pájaros, Vértigo o La ventana indiscreta? Ni nominadas…
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¿Demasiado irreverente para ganar? Quizás. La cosa es que obtuvo nominación pero perdió contra The french connection. ¿Si Stanley Kubrick ganó por alguno de sus otros clásicos? Nada. Ni Lolita, Dr. Strangelove o Barry Lyndon ganaron, y él, claro, se quedó con las manos vacías como director. Ni siquiera pudo consolarse con el Óscar Honorífico.
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La indiscutible calidad de la cinta protagonizada por Morgan Freeman y Tim Robbins se quedó con las ganas. Pero, a su favor, vale decir que ese año la competencia era dura: también estaba nominada Pulp Fiction, que bien se lo podría haber llevado. ¿Quién ganó? Otra gran película llamada Forrest Gump.
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La Academia de Hollywood allí y nosotros aquí, deseando que cada año nuestra favorita se lleve la estatuilla.
Pero aunque la temporada de premios es el deleite de los espectadores, en el fondo se sabe que no siempre la cinta que gana Mejor película es la que lo merecía.
Aquí, por estricto orden cronológico, repasamos algunas películas que no ganaron el Óscar, incluyendo algunas que ni siquiera estuvieron nominadas.
