¿Cuáles son las mejores películas de la actriz Julianne Moore?

Con 40 años de carrera, Julianne Moore se ha establecido como una de las actrices más reconocidas –y queridas- de Hollywood.

Aquí hacemos un recorrido por su estupenda filmografía a través de sus películas más exitosas.

Con tan solo 5 películas entre sus créditos y un papel en una de las telenovelas más exitosas de Estados Unidos, Julianne Moore debutó en los blockbusters en 1993 con El fugitivo (The Fugitive), una exitosa película protagonizada por Harrison Ford y Tommy Lee Jones.

En la cinta, Moore interpretó a la doctora “Anne Eastman”, un papel que –aunque pequeño- la puso en el ojo de los espectadores que años antes la habían conocido en thrillers como La mano que mece la cuna (The Hand that Rocks the Cradle, 1992) y Body of Evidence (1993), donde compartió créditos con Madonna.

Curiosamente, en 1993 también alcanzó el reconocimiento crítico gracias a su trabajo en la película Short Cuts de Robert Altman. La cinta le valió la Copa Volpi del Festival de Cine de Venecia y un Globo de Oro especial al Mejor Elenco.

Durante el siguiente lustro, Julianne Moore se convirtió en una estrella fija del cine hollywoodense, apareciendo en filmes como Nine Months (1995), junto a Hugh Grant y Asesinos (Assassins, 1995), protagonizada por Sylvester Stallone y Antonio Banderas.

Sin embargo, su siguiente hit comercial fue Jurassic Park: El mundo perdido (The Lost World: Jurassic Park, 1997), secuela de Steven Spielberg a la famosa cinta que ubicó a los extintos dinosaurios en nuestro mundo.

Con su trabajo como la doctora “Sarah Harding”, Moore capturó la atención del espectador promedio, quien comenzó a poner más atención en su carrera.

El camino que Julianne Moore recorrió para convertirse en protagonista de una de las sagas más exitosas del cine estuvo lleno proyectos curiosos.

En 1997 marcó su primera colaboración con Paul Thomas Anderson con la película Boogie Nights (1997), por la que recibió su primera nominación al Oscar a Mejor Actriz de Reparto. Después trabajó con los hermanos Coen en The Big Lebowski (1998); tuvo la desgracia de protagonizar el remake de Psycho (1998) a cargo de Gus Van Sant y se obtuvo su segunda nominación al Oscar –ahora como actriz– por The End of the Affair, en 1999.

En 2001, la actriz regresó a las pantallas de todo el mundo con Hannibal, secuela espiritual de El silencio de los inocentes (The Silence of the Lambs, 1991), en la que la actriz retomó el papel de “Clarice Starling”, por el que Jodie Foster ganó el Oscar una década antes.

Aunque la cinta fue sumamente criticada, el éxito comercial fue notable. Al parecer Julianne Moore tenía todo para ser una estrella.

En 2002, después de un par de proyectos desastrosos, Julianne Moore volvió a ponerse bajo las órdenes del director Todd Haynes –con quien trabajó en la película experimental Safe, de 1995– en la cinta Lejos del cielo (Far From Heaven).

El trabajo, un cauteloso trabajo sobre la destrucción de una familia burguesa de los años 50 en Estados Unidos a raíz de una revelación sexual de su patriarca (Dennis Quaid), es considerado una de las mejores películas del siglo y uno de los mejores roles de Julianne Moore.

Moore, quien da vida a una mujer que ve su mundo perfecto derrumbarse, fue nominada al Oscar y Globo de Oro a Mejor Actriz, además recibió el premio del Festival de Cine de Venecia y el reconocimiento del National Board of Review.

Curiosamente, Far from Heaven no fue la única película por la que Julianne Moore recibió una buena acogida crítica en 2002.

El trabajo de la actriz como “Laura Brown”, una mujer de los años 50 que marca un nuevo rumbo en su vida después de leer la obra de Virginia Woolf en la película Las horas (The Hours, 2002), también le valió muchos reconocimientos.

De hecho, Moore se convirtió en 2003 en una de las pocas actrices que había logrado competir por los dos premios Oscar a actuación por dos películas diferentes, pues fue nominada como Mejor Actriz por Lejos del cielo y como Mejor Actriz de Reparto por Las horas.

Aunque la intérprete estadounidense no ganó ninguno de los premios, su lugar como una de las mejores actrices de su generación estaba más que asegurado.

Un año después de su hazaña en los Oscar, Julianne Moore regresó a los blockbusters con Misteriosa obsesión (The Forgotten, 2004), en donde dio vida a una mujer que luchaba por superar la pérdida de su hijo, un personaje que todos le aseguran solo existió en su imaginación.

Si bien la cinta no fue bien recibida por la crítica, el público la convirtió en un moderado éxito de taquilla, confirmando que Moore también podía llevar el peso principal en proyectos menos serios.

Entre 2004 y 2011, Julianne Moore diversificó aún más su trabajo en todos los géneros posibles: apareció en la estupenda película Children of Men (2006) de Alfonso Cuarón, protagonizó junto a Nicolas Cage el desafortunado thriller de acción Next (2007), volvió a trabajar con Todd Haynes con I’m Not There (2007), prestó su voz al filme Eagle Eye (2008), se puso bajo las órdenes de Tom Ford en su bella ópera prima A Single Man (2009) y se estableció como una de las fallidas candidatas a los premios con The Kids are All Right (2010).

Sin embargo, ninguna de sus películas tuvo tanto éxito como Loco y estúpido amor (Crazy Stupid Love, 2011), una comedia romántica donde compartió créditos con Steve Carell, Emma Stone, Kevin Bacon y Ryan Gosling.

La película, además de ganarse el cariño del público, tuvo una buena aceptación entre los expertos, quienes destacaron el trabajo de Moore como una mujer casada que decide darse una nueva vida ante la imposibilidad de su esposo (Carell) por hacerla del todo feliz.

En 2015, después de una carrera en la que había había interpretado todo tipo de papeles, Julianne Moore al fin recibió el anhelado Oscar a Mejor Actriz gracias a su trabajo en el drama Still Alice (2014).

En la cinta, basada en la novela homónima de Lisa Genova, Moore interpretó a una profesora lingüista que comienza a perder la memoria a causa del Alzheimer.

Para poder realizar el papel, la actriz estudió por meses las afectaciones que la enfermedad provoca en sus pacientes. Su trabajo fue más que reconocido pues, además del Oscar, también recibió el Critics’ Choice, el Globo de Oro, el premio Gotham, el Spirit Award y el BAFTA.

Con la industria a su pies, Moore pudo hacer cualquier proyecto que le interesara: desde un drama lésbico como Freeheld (2015) hasta una comedia indie como Maggie’s Plan (2015).

Uno de esos proyectos fue sumarse a la reconocida saga de Los Juegos del Hambre en sus últimas dos entregas. Ahí la actriz dio vida a la presidenta “Alma Coin”, una de las villanas de la serie de películas.