‘Y tu mamá también’: la radical transformación de la actriz Maribel Verdú

Bel, como la llaman en casa, nació en Madrid el 2 de octubre de 1970 y pasó su infancia entre Alcorcón donde vivían sus padres y donde jugó en un equipo de fútbol y Argüelles, donde vivían sus abuelos e iba al colegio.

Vivió una época dorada en los años 90 y después de Y tu mamá también, desapareció.  “Pensé que se habían olvidado de mí”, recuerda, a pesar de ser la actriz con más nominaciones a los Goya (10). Ha ganado dos de ellos y actuado en más de 70 películas.

La actriz recuerda el rodaje de la película dirigida por Alfonso Cuarón y protagonizada por Diego Luna y Gael García Bernal como uno de los más especiales de su carrera.

Quiso trabajar primero de modelo, como había hecho alguna vez su madre. Hizo anuncios para El Corte Inglés, McDonald’s y de ropa interior. Le pagaban 35.000 pesetas, que metía entre las páginas del libro A sangre fría, escrito por Truman Capote (uno de sus favoritos).

Perdió la virginidad antes en la pantalla (en su primera aparición en el cine) que en la vida real. “Yo lo he hecho todo antes en el cine que en la vida”, ha dicho. Pero es que la primera vez que pisó un plató pensó: “Yo no lo dejo en toda mi vida”.

Su primer amor fue el director Antonio Giménez Rico, 32 años mayor que ella. Después de otra relación de 6 años, se enamoró de Pedro Larrañaga y llevan casados 17 años y nunca pasan más de 15 días sin verse.

Está harta de que le pregunten por su decisión de no haber sido madre. Le indigna, sobre todo, cuando se lo pregunta una mujer, a quienes les reclama por no preguntarle algo similar a los hombres.

Le han ofrecido papeles en Hollywood, pero no le han compensado. Además, se siente más cómoda con españoles y latinoamericanos: “Nos encanta trabajar, pero también vivir, pasarlo bien. Y eso es algo que necesito profundamente”. Positiva y alegre, dice que le gusta crear “buen rollo” a su alrededor.

Tras el éxito de Y tu mamá también, Ben Affleck le ofreció el papel de Elektra en la película de Daredevil, pero ella lo rechazó pues no le gustan las películas de superhéroes. 

En 1998 comentó que era una feminista aunque le encantaba que los hombres pagaran sus salidas y abrieran las puertas por ella, veinte años después llamó tonta e ingenua a esa joven Maribel ya que desde hace años lucha por que a las actrices se les pague igual que a los actores en el medio.

Sin tapujos sobre el sexo, Maribel considera hipócritas a quienes juzgan a una mujer mayor por salir con un hombre menor, "uno de 27 puede sorprenderte igual que uno de 50, lo mismo ocurre con las mujeres".