Aunque ya había aparecido en películas como Armageddon (1998), fue hasta 1999 que el actor estadounidense Michael Clarke Duncan ganó notoriedad gracias a su interpretación como “John Coffey” en la película Milagros inesperados (The Green Mile), adaptación de una novela de Stephen King. Desde entonces “Big Mike” Duncan se mantuvo activo hasta su muerte en 2012, un evento que conmocionó a todos.
Así fue la repentina muerte de Michael Clarke Duncan, de Milagros inesperados
El 13 de julio de 2012, Michael Clarke Duncan sufrió un ataque al corazón. A los pocos minutos, el actor fue llevado al Hospital Cedars Sinai de Los Ángeles, donde fue tratado con rapidez.
Durante las siguientes semanas, el también actor de The Island comenzó a recuperarse lentamente mientras se mantuvo en tratamiento en el hospital. El 6 de agosto, familiares de Duncan anunciaron que el intérprete había salido de terapia intensiva.
Sin embargo, el corazón del protagonista de Milagros inesperados y el 3 de septiembre de 2012, casi dos meses después de su ingreso al hospital, Michael Clarke Duncan murió por complicaciones derivadas de otro ataque cardiaco. Tenía 54 años.
¿Cómo llegó Michael Clarke Duncan a Milagros inesperados?
La muerte de Michael Clarke Duncan truncó una interesante carrera que había comenzado en los noventa y que, gracias a su rol en Milagros inesperados, lo había convertido en uno de los actores más queridos de Hollywood.
Después de trabajar como carnicero y guardaespaldas, Duncan comenzó a trabajar en la televisión. Su primera gran aparición en la pantalla grande se dio en la película Armageddon, junto a Bruce Willis.
El actor quedó tan impresionado por el trabajo de Duncan que lo recomendó con los productores de Milagros inesperados para encarnar a “John Coffey”, un gigante recluso a la espera de la muerte que esconde un mágico poder capaz de curarlo todo salvo su pena por un crimen que no cometió.
La interpretación de Michael Clarke Duncan en Milagros inesperados fue tan buena que rápidamente se convirtió en uno de los nombres recurrentes en las entregas de premios del siguiente año, incluso por encima de sus compañeros de reparto Tom Hanks y Sam Rockwell.
Durante la temporada de premios de 2000, Michael Clarke Duncan selló el amor que había causado con su tierna interpretación al recibir una nominación al Oscar como Mejor Actor de Reparto. Desde entonces, el brillo de Michael Clarke Duncan se instaló en las pantallas del todo mundo y ni siquiera su muerte pudo impedir que siga en los corazones de millones.