A más de 40 años: la actualidad de Mark Chapman, el asesino de John Lennon

La noche del 8 de diciembre de 1980, el ícono de la música John Lennon fue herido de bala cuatro veces afuera de su casa en el edificio Dakota de Nueva York. Lennon le había firmado un autógrafo a Mark Chapman, el hombre que le disparó, sólo unas horas antes en ese mismo lugar. Desliza por la galería para saber dónde está Mark Chapman, el asesino de John Lennon, hoy.

Después de ser herido por la espalda, Lennon fue llevado de emergencia al hospital en donde fue declarado muerto al llegar. Mientras tanto, increíblemente, su asesino se mantuvo en el lugar del crimen tranquilamente leyendo El guardián en el centeno esperando a que llegara la policía a arrestarlo. Chapman fue arrestado sin resistencia alguna.

Mientras el mundo estaba de luto por la pérdida de uno de los grandes de la música, todos se preguntaban el motivo detrás de su asesinato. Chapman no tenía antecedentes criminales de ningún tipo, y al principio parecía un hombre común y corriente. Sin embargo, su plan de asesinar al músico llevaba meses en preparación y, según declaró después, también había contemplado asesinar a otras figuras como Paul McCartney y el presidente Ronald Reagan.

Chapman creció en un ambiente familiar tóxico con un padre abusivo. Desde pequeño se había creado un mundo imaginario propio como escape de su realidad. En su adolescencia, era considerado un chico problemático que solía escaparse de la escuela y consumir alcohol y drogas. Sin embargo, a los 16 años, Chapman se volcó a la religión presbiteriana y parecía estar cambiando su estilo de vida para bien.

Un momento clave en su persona y que desencadenaría en el asesinato de Lennon, fue cuando leyó el famoso libro El guardián en el centeno del escritor J.D. Salinger. Chapman se sintió identificado automáticamente con su rebelde protagonista Holden Caulfield. El libro se convirtió en una especie de manifiesto en su vida.

Tras el arresto Chapman declaró que siembre había sido un ávido seguidor de los Beatles pero que siempre le habían molestado de sobremanera algunas de las declaraciones de Lennon, sobre todo aquellas relacionadas con la religión. Una de ellas fue el popular comentario de que los Beatles eran más grandes que Jesús. Para Chapman su enojo hacia el músico creció de sobremanera con su canción ‘God’ en la que decía: “I don’t believe in Jesus. I just believe in me, Yoko and me” (“No creo en Jesús. Sólo creo en mi, en Yoko y en mi”).

Después de unos años viajando por el mundo, Mark Chapman comenzó a planear el asesinato de Lennon en septiembre de 1980. Además de sus comentarios que le parecían una blasfemia a Chapman, a este tampoco le parecía que el músico hablara de paz y amor mientras vivía una vida de lujos. Para él, las ‘mentiras’ de Lennon debían parar y sólo él era capáz de hacerlo.

Un mes antes del asesinato, Chapman regresó a Hawaii en donde vivía con su esposa, y le confesó sus intenciones. Ella no hizo nada, pero Chapman incluso hizo una cita para ver a un psiquiatra a la cual no asistió. A principios de diciembre, Chapman regresó a Nueva York en donde dudaba entre seguir con sus planes o quitarse la vida.

El 8 de diciembre estuvo prácticamente fuera del edificio Dakota todo el día. Incluso tuvo un encuentro con el hijo menor de Lennon, Sean y su niñera. En la tarde, obtuvo un autógrafo del músico cuyo momento fue capturado por un fotógrafo que se encontraba en el lugar. En la noche al regreso de Lennon y su esposa, Chapman lo asesinó a sangre fría.

Aunque al principio su equipo legal intentó llevar su caso como uno de inestabilidad mental, fue el mismo Chapman quien quiso declararse culpable del asesinato. Fue sentenciado a una pena de veinte años a cadena perpetua. En el 2000 los veinte años de su cadena se cumplieron y Chapman fue candidato a la libertad condicional. Se le ha negado 11 veces por lo que sigue preso en la Correccional de Attica en Nueva York. Su última solicitud fue denegada en 2020.