Ambientada en una pequeña aldea ficticia de Galicia, El Desorden Que Dejas se desarrolla en dos planos temporales diferentes que se entrelazan, al igual que las historias de sus jóvenes protagonistas femeninas, Viruca y Raquel.
El desorden que dejas: Un intenso thriller rural
La primera es, o más bien era, una profesora de la secundaria local, que tuvo un trágico destino y cuya muerte fue descrita como un caso de suicidio. La segunda es la maestra llamada para reemplazarla decidida a salvar su matrimonio y a dejar atrás su pasado, Raquel se traslada con su marido German a Novariz, la ciudad natal de su esposo, para asumir el papel de maestra. Los alumnos del Instituto Novariz, sin embargo, no le dan la bienvenida que esperaba; en particular, un alumno llamado Iago hace todo lo posible por poner cuesta arriba su labor, haciéndole pesar la comparación con la desaparecida Viruca.
La elección de ambientar la historia en un paisaje rural, un lugar donde todos se conocen y donde es necesario mantener intacta la privacidad (o los secretos) para sobrevivir, influye enormemente en la forma en que los habitantes se relacionan con Raquel. Considerada como ajena a toda situación.
Esto permite a El desorden que dejas ir desentrañando poco a poco el misterio y que la conexión del espectador con esa profesora muerta en lo que parece un suicidio crezca. Y es que Montero plantea la historia de tal forma que la historia de Raquel y Viruca parece condenada a seguir un camino muy similar y probablemente a llegar al mismo punto. La relación de ambas con sus parejas no pasa precisamente por su mejor momento y las dos reciben un peculiar chantaje.
El desorden que dejas: misterio, intriga, y más
Además, todo lo referente al misterio resulta convincente, sabiendo mantener la intriga y dosificando con acierto las sucesivas sorpresas para que aporten a lo que hemos visto con anterioridad en lugar de limitarse a ser meros golpes de efecto. Y la resolución es satisfactoria y cuadra con lo que se nos ha contado, que en casos así muchos tienden a acabar valorando lo que ha ofrecido la serie únicamente en función de si su desenlace les ha gustado o no.